Hola, hola, Hola!
El capítulo de hoy está inspirado en una respuesta de una compañera de la comunidad.
Nos comparte Aida:
….”Estoy iniciando no he tenido clientes, aún espero en algún momento tenerlos, me desánimo mucho pues no hay clientes todo les parece caro…”
Nuestra compañera tan generosamente nos comparte una creencia, muy arraigada en los interiorista “no hay clientes”, y que a esos “no clientes” les parece elevado el precio.
Bueno, por eso no son clientes…porque no pueden acceder a los servicios y productos. En su comentario está la respuesta.
Lo primero que los invito es a buscar un nicho de mercado que esté dispuesto a invertir en un cambio en su hábitat.
Sino…estaremos perdiendo tiempo, dinero y probablemente regalando nuestro trabajo.
Y otro punto interesante a analizar es lo caro-barato!
Te invito a que te hagas esta pregunta ¿Cómo sé que algo es caro o barato?
Y la respuesta seguro irá…”Bueno comparado con…es caro….”
Es decir …no es algo mensurable sino un sistema de comparación. De ahí que sea relativo.
Ahora bien, si cuando estamos frente a un cliente:
NO le mostramos los beneficios de nuestro servicio, las ventajas diferenciales del valor que ofrecemos y solo le queda frente a sus ojos el precio
…Vamos mal
NO le hacemos sentir y vivir la experiencia de lo que se va a llevar y solo le queda el sabor amargo de lo que tiene que DAR…Vamos mal
NO hacemos hincapié en la certidumbre y acompañamiento que obtendrá con nuestro servicio…y solo le queda la incertidumbre del esfuerzo y el precio que pagará…Vamos mal
¿Eres claro a la hora de transmitir los beneficios de contratarte?
¿Lo haces desde la energía de la abundancia o lo transmites desde la carencia
Súmate al Método CEDO! Y entrena tu relación con tu cliente.
Abrazos!